viernes, 23 de enero de 2009

Argentina Sueño o Realidad (Segunda Parte).

Buenos Aires, una verdadera e indiscutible metrópoli de impresionante belleza. Esbelta, por sus grandes edificaciones en el centro de la ciudad, e imponente arquitectura. Populosa y cosmopolita a la vez. Por su donaire, como muy pocas ciudades en el mundo, ha sabido mantener un espíritu europeo, razón por la cual se le llama la Europa de Suramérica. Esta denominación, también, quizás, porque, al igual que dicho continente, combina lo antiguo con lo moderno. Ejemplo de ello son los ancianos edificios y decrépitos ascensores, que contrastan con las nuevas, modernas, lujosas y amplias instalaciones de establecimientos comerciales, que no tienen nada que envidiarle a los más grandes, famosos y distinguidos mundialmente. La mayoría de los mismos de productos nacionales y unos cuantos, con nombres tan largos y originales como los de algunas canciones. Se encuentran también en estos, muchas de las más afamadas franquicias extranjeras. Los más conocidos son el Patio Bullrich, Galerías Pacíficos, El de Alto Palermo, Paseo Alcorta y Unicenter Mall en San Isidro, entre otros.

Cuenta con la avenida más ancha del mundo, así como la más larga. Estas son la 9 de julio y la Rivadavia, respectivamente. Otras pequeñísimas, entretejen sus alrededores tan igual a muchas callecitas europeas y de las zonas coloniales en América. La avenida Plaza de Mayo, la primera de la república y de toda Sudamérica, con una hermosa historia, es aún más importante, porque alberga edificios de gran interés cultural, histórico y arquitectónico. Bajo esta avenida, corre la Línea del Subte de Buenos Aires, la primera de Iberoamérica. En la Plaza 25 de Mayo, se encuentra La Pirámide de Mayo, o bien el obelisco, característico de Buenos Aires y tan igual a los nuestros.

Por otra parte, la avenida Alvear se parangona con La Quinta de New York, por las franquicias de las marcas más famosas, de los más grandes diseñadores internacionales. Antiguos y altos edificios con hermosos portones e inmensos aldabones, destacan un exquisito gusto por todo lo portentoso y añejo que se encuentra por esos alrededores.

Además, en algunas de sus calles, existe una semejanza con el conglomerado de personas que caminan en las de New York, aunque la generalidad, ni viste de negro, ni anda con tennis, llevando los zapatos en un bolso, como en esa ciudad. Pero, al igual que éstas, las atraviesan como en estampidas, por la ausencia de parqueos, y por la gran cantidad de turistas que reciben.

Son también sumamente hermosos, sus parques, que amainan la polución del aire, así como jardines de palmeras y jacarandás, árbol de gran porte que florece en racimos de coloridos adornos de azul violáceos, tanto en primavera como en verano, cuyos enramados se acercan entretejidos al cielo, como si fuera un techo que los cobija, por ejemplo, en el sector Village de Recoleta, con varias calles de hermosos cafés, bares y restaurantes, dado que cuenta con una profusión de los mismos, muy similares a los de muchas ciudades de Europa.

Pero más que nada, porque aparte de su físico, tiene características comunes a la de esa cultura, dado que se estima que la mayoría de su población desciende de los inmigrantes europeos, especialmente italianos y españoles. Es por esto que Argentina tiene una enorme influencia, principalmente de Italia. Se dice que el lenguaje, las costumbres, los gustos y las tradiciones, llevan sus huellas. Y como toda América, también tienen antepasados indígenas, lo que supuestamente difiere de los europeos, que proclaman ser etnias que no tienen nada que ver con tribus o aborígenes, algo que no he logrado comprender, porque todos los pueblos, sin excepción hubieron de tener habitantes primitivos y si nosotros fuimos colonizados por éstos, se dice que los primeros humanos del mundo colonizaran a Europa hace millones de años.

Posee también una personalidad suramericana, que evidencia el carácter de los pobladores de esta área y la pobreza que existe en la mayoría de nuestros debilitados países en América, aunque nos consta, que ningún otro, por desarrollado que sea, ha logrado escapar por completo a esa maldita pandemia.

Es a la vez, una ciudad adulta y madura, de abundante riqueza, aunque contrasta, que siendo supuestamente América, el granero del mundo, la mitad de su población hoy día sea pobre. Vale destacar que a mediados de los 70 los pobres en Argentina eran el 8% de la población y hoy día es el 53%. Válgame Dios, que es algo como para no creer. Pero aunque ésta ha sido socavada, ha sabido sobreponerse siempre a los saqueos de políticos de podrida moral, que impiden que nuestros pueblos latinoamericanos asomen sus cabezas (a modo de hicotea) hacia una correcta evolución, que permita entradas promedios a los trabajadores como para vivir con dignidad.

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